¿POR QUÉ PERDIÓ EL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL?

Como resultado de las elecciones presidenciales del pasado 1 de julio, el Partido Acción Nacional (PAN) pasa al tercer lugar en las preferencias electorales. Sin duda una fuerte caída que nos hace reflexionar sobre el porque del cambio del voto después de dos períodos presidenciales en el poder.

La respuesta no es difícil, México es, tanto en términos económicos como geográficos, dos países diferentes.

En términos económicos existen dos escenarios diametralmente opuestos en un sentido práctico: el aspecto macroeconómico y el aspecto microeconómico.

A nivel macroeconómico la situación del país es muy buena, en relación con la mayoría de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nos caracterizamos por una inflación baja y estable, un tipo de cambio relativamente estable, un bajo déficit fiscal, bajo déficit comercial y crecimiento económico moderado.

Comparado con los gobiernos Priistas de los 90´s el Producto Interno Bruto por persona (PIB) es de 8 326 dólares anuales, contra 4 870 de los 90´s, la tasa de interés promedio es de 7.5% vs. 23.3%, el aumento en los precios es de 55% vs. 401%, el aumento de la deuda externa de 9.7% vs. 27.5%, las reservas internacionales se encuentran en máximos históricos y han sido utilizadas para estabilizar el peso etc., pero... ¿por qué la gente no percibe esto?, porque a nivel personal dichos beneficios no se reflejan en sus bolsillos ni en su bienestar social, así tenemos que…

A nivel microeconómico predomina la pobreza por ingresos, la precarización del empleo, la concentración del ingreso y el bajo poder adquisitivo de los salarios. Las familias que dependen de los ingreso salariales (74% del total de los ocupados son trabajadores subordinados remunerados a nivel urbano), han visto disminuir su poder adquisitivo a la par que ha disminuido la calidad de los empleos generados en el sector formal con menores prestaciones laborales, salarios y oportunidades de empleo, por ello emigran al sector informal que muestra un persistente crecimiento y en el cuál el 29.5% de los ocupados labora, esto es 14 millones de personas, mientras que en el sector formal tenemos 14 millones 594 mil trabajadores ¡un poquito más del 50%! de los cuales 12 millones 700 mil tienen un empleo permanente. La tasa de desocupación es del 4.97% (mayo 2012) muy por encima del promedio del 2000 al 2007 que fue de 3.3% y no logra remontar los niveles pre-crisis, mientras que la tasa de subocupación es de 8.9%, y los ocupados en condiciones críticas de empleo (bajos salarios, jornadas incompletas) aumentó de 11.8% a 12.1%.

En términos geográficos México también es dos países distintos, el sur con respecto del norte aún se encuentra ha grandes distancias en materia de pobreza, productividad, tecnología, emprendurismo y generación de riqueza, de ahí que en el mapa de resultados electorales el país se pinte de verde (PRI) al norte, mientras que en el sur predomina el amarillo (PRD), para el PAN la pérdida es tremenda, pues sólo mantiene tres estados: Guanajuato, Nuevo León y Tamaulipas.

No debe sorprendernos el resultado, el presidente del empleo no cumplió su promesa más importante, la que perciben directamente las personas, con la que vivieron día a día. Los aspectos positivos de la macroeconomía no entran dentro de sus percepciones en tanto no mejoren sus condiciones de ingreso y empleo. En resumidas cuentas ¡no se puede prometer algo que no estaba en sus manos cumplir! puesto que la generación de empleos depende de la actividad productiva, la inversión en empresas y del mismo dinamismo de la calidad del empleo, mejores salarios generan poder de compra y por ende mercado interno, lo que permite a las empresas vender lo que producen y seguir expandiendo su producción y el empleo.

A menos que sea un gobierno populista que genere empleos en la burocracia, es decir de forma directa, o que se enfoque en la simplificación fiscal y administrativa para el impulso de la actividad productiva, no se puede prometer ser el Presidente del Empleo. Esto es una dura lección.

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