El 15 de septiembre del 2008 inició uno de los procesos de estancamiento económico mundial más largos de la historia y pasamos de la denominada Gran Moderación a al Gran Recesión y hoy en día al Gran Estancamiento.
La Gran Moderación se concebía como un proceso en que la volatilidad e inestabilidad económica había quedado atrás, el concepto fue acuñado por James Stock de la Universidad de Harvard y reflejaba un elevado optimismo con respecto al control, supuestamente tomado, sobre el ciclo económico. Se pensaba que las crisis económicas profundas y duraderas habían quedado atrás y lo que veríamos en adelante serían pequeños procesos de desaceleración (baches económicos), seguidos de procesos de crecimiento económico moderado. Atrás habían quedado las depresiones y sobrecalentamientos que generaban fuertes problemas de equilibrio económico, deflación o inflación según fuera el caso, desempleo y concentración del ingreso.
Para algunos economistas el éxito consistía en haber controlado la inflación, los Bancos Centrales, encargados de la política monetaria y libres de la dominancia fiscal (la exigencia por parte de los gobiernos nacionales de financiar con emisión monetaria su déficit fiscal) eran los responsables de suavizar el ciclo económico, también influía la liberalización de los mercados que generaba un proceso ordenado de crecimiento económico, el progreso tecnológico con su modelo "just in time", la apertura externa y la globalización e integración de los mercados.
Sin embargo el 15 de septiembre del 2008 la caída de Lehman Brothers detonó una de las peores crísis económicas de la historia, tanto por su profundidad como por su extensión y duración. Como resultado de aquella inestabilidad financiera internacional, el 60% de los países entraron en crisis económica y hoy La Unión Monetaria Europea se encuentra a un paso de la deflación (proceso generalizado de caída de los precios de mercado). Estados Unidos no logra una recuperación plena de su mercado de trabajo, y los Bancos Centrales de las economías desarrolladas tuvieron que modificar totalmente su política monetaria para enfrentar la crisis: la denominada política monetaria no convencional, que rompe con los paradigmas teóricos de la época, generando otro tipo de problemas relacionados con las bajísimas tasas de interés que elevaron los precios de las acciones e han incentivado de nuevo las burbujas bursátiles y la concentración de la riqueza.
La crisis propagada a nivel mundial en el 2008, ha sido la peor crisis de la historia después de la Gran Depresión de principios de los años 30´s. Hoy, la economía mundial muestra un persistente estancamiento económico y no logra recuperar las tasas de crecimiento de los años anteriores a la crisis.
Durante los últimos seis años, hemos vivido prácticamente un estancamiento económico mundial, pues las tasas de crecimiento de los países desarrollados fueron, en promedio, de apenas un 0.9% del 2007 al 2014.
El Riesgo y la incertidumbre han sido la constante al igual que la volatilidad de los tipos de cambio y los precios de los activos financieros, el crédito bancario a nivel internacional no logra recuperarse, y el crecimiento del déficit fiscal para sacar a los países desarrollados de la recesión llevo a la deuda pública del 72.6% al 106% del PIB mundial en promedio.
Todo ello ha generado medidas de ajuste con un alto costo social, la pobreza se ha incrementado, la concentración del ingreso se ha polarizado al igual que la concentración de la riqueza, la inestabilidad social y política se incrementa, y la sociedad se reorganiza bajo un nuevo paradigma.
Se dice que los errores se capitalizan cuando se reconocen y se aprende de ellos, esperemos que se detone el proceso de reflexión sobre las causas de la crisis, se valore adecuadamente su componente ético y de falta de valores morales, y construyamos una sociedad más solidaria, subsidiaria y consiente de que los mercados no pueden operar en un entorno de vacío moral.
ESTUDIAR SI DEJA
Recientemente se publicó el estudio de la OCDE sobre el Panorama Educativo en México 2014 y al respecto se sacaron ciertas conclusiones que a mi modo de ver están equivocadas. La conclusión que más problemas puede acarrear es aquella que dice que “estudiar no asegura tener empleo y que el mercado laboral favorece más aquellos con pocos estudios”.
Estas conclusiones parten de dos datos simples: que la tasa de desempleo más alta están entre los adultos con educación superior 4.6%, mientras que la tasa de desempleo entre los adultos sin educación media superior es del 3.6%. Ello significa que a mayor educación mayor vulnerabilidad.
Hoy la tasa total de desempleo es de 5.47% de la PEA y la tasa de los que tienen un nivel de estudios de educación superior es del 5%, un poco menor que el promedio total y el 40.2% de los desempleados tienen educación media superior y superior.
A pesar de ello creo que dichos datos deben tamizarse. La realidad es que quien tiene menor nivel educativo tiene mucho menos que ofrecer, básicamente su fuerza física que, adicionalmente, esta muy mal pagada ya que dichas personas ganan salarios muy bajos. Por su parte quién tiene estudios superiores ofrece su talento y conocimiento, muy valorado en la actualidad pues presenta mayor flexibilidad para adaptarse a las nuevas tecnologías y capacidad de asimilación de nuevos conocimientos.
Las personas con bajo nivel educativo tiene una muy elevada rotación en el empleo, es cierto que duran poco tiempo desempleadas, pero también es cierto que continuamente son despedidos y sustituidos por otros, no cuenta con prestaciones laborales ni seguridad social y se considera capital humano de fácil reemplazo. En cambio una persona con estudios superiores tiene menor rotación en el trabajo, dura una temporada mayor en el mismo y cuando queda desempleada, tarda más en encontrar un buen empleo porque no esta dispuesta a aceptar cualquier oportunidad si ésta no cubre sus expectativas.
Las estadísticas refuerzan esta conclusión: que a mayor nivel educativo mayores ingresos, y que a mayor número de años de estudio menor es el nivel de pobreza.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó en marzo del 2009 un estudio denominado “México: impacto de la educación en la pobreza rural”, y dicho estudio demuestra que es más fácil escapar de la pobreza cuando se tiene un mayor número de años de estudio. De acuerdo con sus resultados terminar la primaria en el medio rural, reduce la pobreza alimentaria 7.3% (pobreza extrema) y en 8.3% la pobreza de capacidades. En el medio urbano,las personas que concluyen la primaria reducen la pobreza extrema en un 16%, y la pobreza moderada en un 15%, por su parte terminar la secundaria implica la posibilidad de reducir la pobreza extrema en un 25%, y la moderada en un 23%.
Los ocupados con primaria incompleta tienen bajos niveles de salarios, así el 28.5% gana hasta un salario mínimo, mientras que los que tienen estudios de educación media y superior sólo el 5.2% gana el mínimo. Por otro lado de los que tienen primaria incompleta solo el 1.4% gana más de 5 salarios mínimos, mientras que los que tienen educación media superior y superior el 15.1% gana más de 5 salarios. Conforme avanzan en sus estudios tienen mayores ingresos.
El problema en México es que los estudiantes tienden a abandonar la escuela de forma prematura. Solo el 62% de los jóvenes de 16 años están inscritos en educación media superior, el 35% de los jóvenes de 18 años cursan los estudios de media superior y únicamente el 30% de los jóvenes de 20 años están matriculados.
En México los jóvenes que tienen empleo pasan más tiempo trabajando que estudiando. Así los jóvenes de 15 a 29 años pasarán en promedio 6.4 años en actividades laborales y 5.3 en educación y formación. 65% de los jóvenes de 15 a 29 años de edad no estudian y 22% no estudia ni trabaja (NINIS).
Mientras más alto es el nivel educativo más baja es la proporción de jóvenes que no tienen empleo.
El problema residen en el hecho de que tenemos el mayor bono demográfico de nuestra historia, un enorme potencial de talento y capacidad productiva e innovativa humana que se está desperdiciando, y mandamos señales incorrectas, pues les hacemos creer que estudiar no vale la pena.
El otro grave problema es que cada año 1 100 personas llegan a la edad reglamentaria para trabajar (15 años) y en los últimos 19 años solo hemos generado 354 mil empleos formales por año. Ello nos lleva a un enorme déficit de fuentes de empleo, que a la vez presiona a la baja las remuneraciones y la calidad del empleo, y ésto no se encuentra directamente relacionado con el nivel de estudios.
Estas conclusiones parten de dos datos simples: que la tasa de desempleo más alta están entre los adultos con educación superior 4.6%, mientras que la tasa de desempleo entre los adultos sin educación media superior es del 3.6%. Ello significa que a mayor educación mayor vulnerabilidad.
Hoy la tasa total de desempleo es de 5.47% de la PEA y la tasa de los que tienen un nivel de estudios de educación superior es del 5%, un poco menor que el promedio total y el 40.2% de los desempleados tienen educación media superior y superior.
A pesar de ello creo que dichos datos deben tamizarse. La realidad es que quien tiene menor nivel educativo tiene mucho menos que ofrecer, básicamente su fuerza física que, adicionalmente, esta muy mal pagada ya que dichas personas ganan salarios muy bajos. Por su parte quién tiene estudios superiores ofrece su talento y conocimiento, muy valorado en la actualidad pues presenta mayor flexibilidad para adaptarse a las nuevas tecnologías y capacidad de asimilación de nuevos conocimientos.
Las personas con bajo nivel educativo tiene una muy elevada rotación en el empleo, es cierto que duran poco tiempo desempleadas, pero también es cierto que continuamente son despedidos y sustituidos por otros, no cuenta con prestaciones laborales ni seguridad social y se considera capital humano de fácil reemplazo. En cambio una persona con estudios superiores tiene menor rotación en el trabajo, dura una temporada mayor en el mismo y cuando queda desempleada, tarda más en encontrar un buen empleo porque no esta dispuesta a aceptar cualquier oportunidad si ésta no cubre sus expectativas.
Las estadísticas refuerzan esta conclusión: que a mayor nivel educativo mayores ingresos, y que a mayor número de años de estudio menor es el nivel de pobreza.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó en marzo del 2009 un estudio denominado “México: impacto de la educación en la pobreza rural”, y dicho estudio demuestra que es más fácil escapar de la pobreza cuando se tiene un mayor número de años de estudio. De acuerdo con sus resultados terminar la primaria en el medio rural, reduce la pobreza alimentaria 7.3% (pobreza extrema) y en 8.3% la pobreza de capacidades. En el medio urbano,las personas que concluyen la primaria reducen la pobreza extrema en un 16%, y la pobreza moderada en un 15%, por su parte terminar la secundaria implica la posibilidad de reducir la pobreza extrema en un 25%, y la moderada en un 23%.
Los ocupados con primaria incompleta tienen bajos niveles de salarios, así el 28.5% gana hasta un salario mínimo, mientras que los que tienen estudios de educación media y superior sólo el 5.2% gana el mínimo. Por otro lado de los que tienen primaria incompleta solo el 1.4% gana más de 5 salarios mínimos, mientras que los que tienen educación media superior y superior el 15.1% gana más de 5 salarios. Conforme avanzan en sus estudios tienen mayores ingresos.
El problema en México es que los estudiantes tienden a abandonar la escuela de forma prematura. Solo el 62% de los jóvenes de 16 años están inscritos en educación media superior, el 35% de los jóvenes de 18 años cursan los estudios de media superior y únicamente el 30% de los jóvenes de 20 años están matriculados.
En México los jóvenes que tienen empleo pasan más tiempo trabajando que estudiando. Así los jóvenes de 15 a 29 años pasarán en promedio 6.4 años en actividades laborales y 5.3 en educación y formación. 65% de los jóvenes de 15 a 29 años de edad no estudian y 22% no estudia ni trabaja (NINIS).
Mientras más alto es el nivel educativo más baja es la proporción de jóvenes que no tienen empleo.
El problema residen en el hecho de que tenemos el mayor bono demográfico de nuestra historia, un enorme potencial de talento y capacidad productiva e innovativa humana que se está desperdiciando, y mandamos señales incorrectas, pues les hacemos creer que estudiar no vale la pena.
El otro grave problema es que cada año 1 100 personas llegan a la edad reglamentaria para trabajar (15 años) y en los últimos 19 años solo hemos generado 354 mil empleos formales por año. Ello nos lleva a un enorme déficit de fuentes de empleo, que a la vez presiona a la baja las remuneraciones y la calidad del empleo, y ésto no se encuentra directamente relacionado con el nivel de estudios.
PARA ENTENDER PORQUE EL BANCO CENTRAL EUROPEO ESTA REGALANDO EL DINERO
Los bancos centrales son los únicos que pueden emitir dinero para evitar que haya un exceso de dinero en circulación y se genere inflación, de igual forma se busca evitar un desorden monetario con la existencia de diversas monedas circulando. Adicionalmente son bancos de bancos, por lo que prestan el dinero a la banca comercial para que a su vez, la banca comercial lo preste a empresas, personas y otras instituciones. De esta forma es cómo inyectan el dinero en la economía, la circulación del mismo garantiza a su vez que las mercancías se vendan, la producción continúe y con ella la generación de empleos, los ingresos y el consumo.
Cuando hay demasiado dinero en circulación, la demanda de bienes y servicios se incrementa, y si las empresas no producen lo suficiente para abastecerla se generará inflación. El rápido avance de los precios hace que el dinero mismo pierda su poder de compra, la pobreza aumenta, pero también los costos de producción, pues todos los productos tienen a encarecerse, ello lleva al quiebre de las empresas, la reducción de la producción y con ella el aumento del desempleo, la caída de los ingresos y del consumo de la población, lo que rápidamente se convierte en recesión o en crisis.
Cuando no hay suficiente dinero en circulación, o las personas lo atesoran, se puede generar un proceso deflacionario (caída de los precios), que implica que no hay ventas suficientes para que las empresas coloquen su producción, y por lo tanto la reducirán, generando desempleo y con ello disminución de ingresos y del consumo, retroalimentándose la caída de las ventas; como consecuencia la economía se contrae y de nuevo entra en recesión o en crisis.
Por ello el banco central debe controlar la cantidad de dinero en circulación, y una de las formas de hacerlo es mediante la tasa de interés de referencia que es la tasa a la que el banco central presta el dinero a la banca comercial para que ésta a su vez preste dinero a los agentes económicos: empresas, familias, gobierno. Si el banco central sube la tasa de referencia, la banca comercial deberá subir sus tasas de interés: préstamos, tarjeta de crédito, crédito hipotecario, crédito automotriz, crédito refaccionario etc. De ésta forma, cada que el banco central sube la tasa de interés, la banca comercial subirá las tasas de interés haciendo más atractivo el ahorro y encareciendo el dinero para aquellos que lo soliciten, ya sea porque quieren iniciar un proyecto de producción, comprar bienes, contratar personas etc. como resultado el proceso inflacionario disminuirá o se detendrá.
Pero si el banco central baja su tasa de referencia, lo que espera es abaratar el dinero y motivar a la banca comercial a prestar, a las personas para tomar créditos y préstamos, y así fomentar el uso del dinero y con ello la compra-venta de bienes y servicios, en pocas palabras, dinamizar la economía y evitar la deflación.
Ante el peligro de una deflación el Banco Central Europeo (BCE), que conduce la política monetaria en la eurozona, ha ido disminuyendo su tasa de interés de referencia hasta llegar al increíble 0.05% anual de interés (éste jueves 4 de septiembre), ello significa que presta dinero a la banca comercial a un bajísimo precio, su esperanza es que se reactiven el crédito y los préstamos, y con ello la producción y el consumo de la población y así evitar la caída generalizada de los precios, ya que la tasa de inflación llegó a un mínimo de 0.3% y están en el umbral de la deflación. Adicionalmente, como es banco de bancos, los bancos pueden depositar sus excedentes de dinero en el banco central y obtener un remuneración (tasa de interés denominada facilidad de depósito), pero para evitarlo y lograr que el dinero siga circulando disminuyó la tasa de interés que remunera los depósitos al -0.20% (tasa de interés negativa), es decir que en lugar de pagar, cobrará intereses a aquellos bancos que tengan el dinero ocioso, esto es depositado en la cuenta que mantienen con el BCE.
Su esperanza es reactivar el crecimiento económico para éste año, pues hoy se estima en apenas un 0.9% anual, lo que representa prácticamente el estancamiento de la economía en la zona del euro.
Cuando hay demasiado dinero en circulación, la demanda de bienes y servicios se incrementa, y si las empresas no producen lo suficiente para abastecerla se generará inflación. El rápido avance de los precios hace que el dinero mismo pierda su poder de compra, la pobreza aumenta, pero también los costos de producción, pues todos los productos tienen a encarecerse, ello lleva al quiebre de las empresas, la reducción de la producción y con ella el aumento del desempleo, la caída de los ingresos y del consumo de la población, lo que rápidamente se convierte en recesión o en crisis.
Cuando no hay suficiente dinero en circulación, o las personas lo atesoran, se puede generar un proceso deflacionario (caída de los precios), que implica que no hay ventas suficientes para que las empresas coloquen su producción, y por lo tanto la reducirán, generando desempleo y con ello disminución de ingresos y del consumo, retroalimentándose la caída de las ventas; como consecuencia la economía se contrae y de nuevo entra en recesión o en crisis.
Por ello el banco central debe controlar la cantidad de dinero en circulación, y una de las formas de hacerlo es mediante la tasa de interés de referencia que es la tasa a la que el banco central presta el dinero a la banca comercial para que ésta a su vez preste dinero a los agentes económicos: empresas, familias, gobierno. Si el banco central sube la tasa de referencia, la banca comercial deberá subir sus tasas de interés: préstamos, tarjeta de crédito, crédito hipotecario, crédito automotriz, crédito refaccionario etc. De ésta forma, cada que el banco central sube la tasa de interés, la banca comercial subirá las tasas de interés haciendo más atractivo el ahorro y encareciendo el dinero para aquellos que lo soliciten, ya sea porque quieren iniciar un proyecto de producción, comprar bienes, contratar personas etc. como resultado el proceso inflacionario disminuirá o se detendrá.
Pero si el banco central baja su tasa de referencia, lo que espera es abaratar el dinero y motivar a la banca comercial a prestar, a las personas para tomar créditos y préstamos, y así fomentar el uso del dinero y con ello la compra-venta de bienes y servicios, en pocas palabras, dinamizar la economía y evitar la deflación.
Ante el peligro de una deflación el Banco Central Europeo (BCE), que conduce la política monetaria en la eurozona, ha ido disminuyendo su tasa de interés de referencia hasta llegar al increíble 0.05% anual de interés (éste jueves 4 de septiembre), ello significa que presta dinero a la banca comercial a un bajísimo precio, su esperanza es que se reactiven el crédito y los préstamos, y con ello la producción y el consumo de la población y así evitar la caída generalizada de los precios, ya que la tasa de inflación llegó a un mínimo de 0.3% y están en el umbral de la deflación. Adicionalmente, como es banco de bancos, los bancos pueden depositar sus excedentes de dinero en el banco central y obtener un remuneración (tasa de interés denominada facilidad de depósito), pero para evitarlo y lograr que el dinero siga circulando disminuyó la tasa de interés que remunera los depósitos al -0.20% (tasa de interés negativa), es decir que en lugar de pagar, cobrará intereses a aquellos bancos que tengan el dinero ocioso, esto es depositado en la cuenta que mantienen con el BCE.
Su esperanza es reactivar el crecimiento económico para éste año, pues hoy se estima en apenas un 0.9% anual, lo que representa prácticamente el estancamiento de la economía en la zona del euro.
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