En épocas anteriores se consideraba que el bienestar social y el consecuente desarrollo humano de una población podía medirse a través de el producto interno bruto percápita, la inversión por persona, la productividad por trabajador, la baja inflación y el gasto público en infraestructura básica entre otra serie de indicadores económicos de carácter monetario.
Sin embargo la realidad nos ha abierto los ojos, el bienestar social de una población también se encuentra estrechamente vinculado al clima de seguridad, a la existencia de redes comunitarias, al entorno medioambiental, al ritmo de vida, la calidad del empleo, el apoyo social entre los miembros de la comunidad, la seguridad financiera, el bienestar psicológico, la familia, la espiritualidad y el soporte de los amigos entre otros elementos.
En resumen las personas evaluamos nuestro bienestar de forma multidimensional y no únicamente económica y monetaria, de tal forma que existen sociedades con un nivel de ingreso percápita muy elevado pero una sensación de bienestar y felicidad muy baja y viceversa, sociedades que carecen de lo que el mundo desarrollado considera confort, pero que tienen una sensación de bienestar y felicidad muy alta.
Para Jalisco existe ya un interesante trabajo sobre el bienestar subjetivo y la felicidad desarrollado por el Dr. Jesús Arroyo Alejandre, Mtra. Isabel Corvera Valenzuela y el Ing. J. David Rodríguez Álvarez que recientemente salió publicado en el excelente libro “Desarrollo Económico de Jalisco, Retrospectiva y Retos” coordinado por la Dra. Mónica T. Ballescá Ramírez, que con el apoyo de la Secretaría de Promoción Económica, condensa el trabajo de 30 investigadores de distintas universidades (de los cuales 16 tienen doctorado) y que se caracteriza por la seriedad y la profundidad, así como la calidad de las investigaciones ahí condensadas.
En dicho capítulo, a través del calculo de diversos índices condensados en el índice de bienestar subjetivo y felicidad, los autores llegan a la conclusión de que la población en Jalisco está tan satisfecha con su vida como los habitantes de Gran Victoria en Canadá, y los pobladores de las regiones de Costa Norte, Sierra Occidental, Sierra de Amula y Costa Sur tienen un nivel de satisfacción similar a la de Suiza.
Los autores encuentran que los índices de participación comunitaria son altos, lo que significa que los Jaliscienses somos solidarios y estamos dispuestos a participar en el mejoramiento de nuestra comunidad. Nuestro bienestar subjetivo-felicidad nos equipara al de países como Suiza, Dinamarca o Canadá.
Pero lo más interesante son las propuestas en lineamientos de política pública que dichos autores establecen como resultado de su análisis y que desde luego serían de gran ayuda para el nuevo gobierno que iniciará próximamente sus funciones.
Así llegan a la conclusión de que las políticas públicas deben aprovechar la oportunidad que la solidaridad social y familiar de los jaliscienses les da,aunque también se debe trabajar en mejorar la confianza en el gobierno y sus instituciones públicas entre otros elementos. Desde luego que este breve escrito no le hace justicia a todo el documento, pero es un gran incentivo para comprar y leer el libro ¿No lo cree usted?