RELACIONES CUBA-EUA, REPERCUSIONES ECONÓMICAS

Después de 55 años de bloqueo económico, Estados Unidos y Cuba podrían reanudar sus relaciones comerciales, financieras y de inversión, lo que ayudará a la aceleración de la economía norteamericana y representará un boom económico para Cuba. Son tantas las necesidades insatisfechas, que la economía cubana tendrá su mejor época de desempeño si los aspectos finos de la negociación con respecto a las normas, reglamentos y leyes sobre inversión productiva, financiera y comercial son las correctas.

Con 11 millones de habitantes y una fuerza laboral de 5 millones, Cuba tiene un gran potencial productivo y una población hambrienta de bienes y servicios de calidad a precios competitivos, incluso alimentos. Las incipientes reformas económicas iniciadas en el 2011 para comenzar a tener operaciones de libre mercado en cuanto a compra y venta de autos, celulares, computadoras y bienes raíces deberán ser reforzadas si quieren sacar provecho del desbloqueo comercial con Estados Unidos. El anunció del año pasado para instrumentar un mercado cambiario dual (dos precios para el dólar), promete promover el turismo y el gasto en otros bienes y la posibilidad de establecer relaciones interbancarias con los bancos de Estados Unidos abre una enorme oportunidad para las transacciones comerciales.

De acuerdo con el World Factbook de la CIA, durante el 2012 Cuba fue la economía numero 68 a nivel mundial en cuanto al Producto Interno Bruto (PIB) en paridad de poder de compra, el cual fue de 121 billones de dólares, lo que representa apenas el 6.6% del PIB de México medido en los mismos términos. Su nivel de vida se mantiene por debajo del que tenían anteriormente al colapso de la Unión Soviética, y en materia de crecimiento económico en términos reales (sin inflación), se encontró en el lugar 112 a nivel mundial.

Los principales riesgos para Estados Unidos pueden presentarse en relación a la cuestión migratoria, pues las oportunidades actuales en la Isla son muy limitadas y el período para ver grandes resultados en materia de empleos no es, desde luego, inmediato, sin embargo el gobierno norteamericano se ha adelantado determinando un cierto número y tipo de visas para evitar una migración masiva hacia su territorio.

Sin duda es una relación ganar-ganar para las dos economías, pero el que tendrá el mayor provecho será Cuba, porque ¡al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija!

Para el caso de México y de acuerdo con los expertos, el impacto principal será en materia turística, impacto de carácter negativo que recaerá principalmente en la península de Yucatán, en especial Cancún y la Riviera Maya, ya que Cuba cuenta con hermosas playas a un precio más económico lo que no solo atraerá turismo norteamericano, sino europeo y asiático.

En segundo lugar habrá mayor competencia para aquellos empresarios mexicanos que tienen comercio con Cuba, aunque dicho comercio ha sido muy poco, pues sólo el 0.06% de nuestras exportaciones no petroleras se dirige a aquel país y, adicionalmente, ha tenido un comportamiento muy volátil e inestable (sin reflejar una tendencia clara de crecimiento), por ello ésta puede ser una gran oportunidad para aprovechar las ventajas de un mercado de bienes de consumo sediento por tecnología, moda e innovación a bajo precio, así como frutas, verduras y carnes.

La otra ventaja para México se deriva del probable beneficio en materia de crecimiento económico para Estados Unidos, pues como ya sabemos la dinámica económica de nuestro país esta estrechamente ligada a la norteamericana, si ellos crecen, nosotros creceremos también.

Sacar provecho de ello dependerá de la velocidad para iniciar las negociaciones empresariales, aunque es importante recordar los riesgos políticos y económicos que se corren al negociar con una economía calificada por la CIA como comunista y que puede tener la prerrogativa, como tantas otras, de expropiar, embargar, confiscar o incautar empresas y productos. La cautela es importante, y para ello los contratos comerciales deben estar correctamente blindados.

Reservas Internacionales ¿Para qué sirven?

El lunes 8 de diciembre el Banco de México anunció que subastará 200 millones de dólares diarios de sus reservas internacionales, siempre y cuando el precio del dólar sobrepase un incremento del 1.5% respecto al precio del día anterior. El solo anuncio de ésta medida generó mayor confianza en el peso en México y permitió al dólar cerrar sobre los $14 pesos con 34 centavos dicho día.

El nivel actual de las Reservas Internacionales es de 192 mil 365 millones de dólares, un nivel históricamente alto. Y la última vez que el Banco Central utilizó el mecanismo fue durante la crisis financiera del 2008 para inyectar dólares en el mercado y lograr que su precio se reduzca.

Durante el 2008 vendió 15 mil millones de dólares y en 2009 16 mil 200 millones y con ello logró bajar el precio del dólar de $15.25 pesos a $ 13.50, posteriormente y mediante intervenciones esporádicas el precio se colocó en $12.25 en abril del 2010.

Las Reservas Internacionales son un instrumento fundamental de la política cambiaria en México, dicha política se concentra evitar una fuerte volatilidad del tipo de cambio (del precio del dólar en términos de pesos) que permita la fluidez en las transacciones comerciales y financieras internacionales.

La política cambiaria se caracteriza por intervenciones en el mercado donde se compran y venden divisas (monedas extranjeras) que es lo que conocemos como mercado de cambios.

Las reservas internacionales se incrementan cuando el Banco de México las compra a Pemex e intermediarios financieros y disminuyen cuando vende dólares.

Dichas reservas no se encuentran en una bodega inactivas, en realidad se invierten a corto plazo en instrumentos financieros como bonos de otros gobiernos, ejemplo de Estados Unidos, Japón o del Banco Central Europeo. La idea principal es que generen rendimientos y a la par se pueda disponer de ellas en los momentos que se requieran.

En pocas palabras las Reservas Internacionales son propiedad del Banco de México y operan como una especie de aval que genera confianza en los inversionistas internacionales cuando deciden comprar bonos de deuda pública del gobierno mexicano, otorgar préstamos a los bancos, particulares y empresas residentes en México, o realizar inversión extranjera directa e indirecta. Por ello no pueden ser utilizadas para pagar la deuda externa ni de privados ni de gobiernos estatales, municipales e incluso del gobierno federal. Para ello tendría que generarse un superávit fiscal y con ello comprarle los dólares al Banco de México.

Pemex es el principal proveedor de dólares para el Banco de México. Por ley, PEMEX no las puede vender en el mercado de cambios porque, dada la magnitud de sus operaciones, ello generaría una alta volatilidad del precio del dólar, por ello tiene una cuenta corriente con el Banco de México y dicho banco a cambio de los dólares le deposita pesos para que realice sus pagos de nómina, materia prima etc. En promedio el 70% de las Reservas Internacionales que posee el Banco de México han sido compras a Pemex.

El propósito de acumular reservas es para, en casos de inestabilidad, financiar directamente un desequilibrio de la balanza de pagos, intervenir en el mercado de cambio para estabilizar el precio del dólar, poder ser vendidas a los intermediarios para liquidar su deuda externa y sobre todo mantener la confianza sobre el peso mexicano.

Las intervenciones son de dos tipos: directas e indirectas. En las intervenciones directas el Banco de México, por instrucción de la comisión de cambios compra o vende dólares a un precio determinado con el objetivo de lograr la estabilidad del precio del dólar. En las intervenciones indirectas el Banco de México subasta dólares, de forma que, como en toda subasta, el precio lo determinen los compradores:instituciones bancarias y financieras no bancarias.

De esta forma pretende influir en las expectativas que tienen las personas sobre la depreciación del peso, desincentivando la compra de dólares y buscando lograr un tipo de cambio (precio del dólar en términos de pesos) más estable y acorde a las condiciones económicas del país.

Ello nos dice que el Banco de México interviene en el mercado cambiario siempre que considera que la depreciación del peso está ocasionando problemas en balanza de pagos y efectos sobre la inflación. Sobre todo porque en México cerca del 80% de nuestras importaciones son de materia prima, maquinaria y equipo de trabajo, lo que significa que al depreciarse el peso, se dispararían los costos de producción y con ello la inflación, pues por cada dólar de producto importado tendríamos que pagar una mayor cantidad de pesos.

Sin embargo la historia demuestra que en caso de una pérdida de confianza en el peso, o de un ataque especulativo al peso "no hay nivel suficiente de reservas internacionales que pueda evitar las depreciaciones abruptas".

DISCRIMINACIÓN LABORAL DE LA MUJER EN MÉXICO

Nunca como antes tantas mujeres habían participado en la fuerza laboral a nivel mundial, de 1980 al 2008 se duplicó el número de mujeres que trabajan. Sin embargo, según el Informe Global de la Brecha de Género del 2014 tendremos que esperar 81 años para que exista paridad de género en el lugar de trabajo, es decir hasta el año 2095; Y la brecha más amplia está en participación y oportunidad económica, es decir: nivel salarial, liderazgo en la empresa y participación en puestos directivos.

La discriminación laboral de la mujer se relaciona con sus condiciones laborales: menor remuneración por trabajo igual o similar, techos de cristal (obstáculos difíciles de detectar para ascender en el empleo), segregación ocupacional (situación por la cual un grupo determinado de personas ocupa la mayor cantidad de puestos de trabajo o empleos), hostigamiento y acoso.

De acuerdo con el Boston Consulting Group “si las mujeres y los hombres participaran igualmente como empresarios, el PIB mundial podría incrementarse de forma adicional en un 2%, lo que representa 1.5 billones de dólares, sin embargo a nivel mundial las mujeres poseen 40% menos negocios que los hombres y solo el 11% en el mundo inician un negocio propio.

Por otro lado solo el 9% de los directores generales de empresa son mujeres y sólo el 5% de las mujeres tiene un puesto de alta dirección.

Para el caso de México, en igualdad de género ocupamos el lugar 80 a nivel mundial de un total de 142 países y en materia de equidad en salarios para trabajos similares, ocupamos el lugar 116 mientras que para la igualdad en términos de ingresos ocupamos el 114 lugar.

Se estima que en México el 37% del PIB es generado por mujeres y su tasa de participación laboral es del 48%. A pesar de su gran participación económica el 45% de las mujeres que trabajan no tienen acceso a los servicios de salud, el 35% no tiene prestaciones, 44% no tiene un contrato de trabajo por escrito, 51% trabajan en el sector informal, 25% tiene un trabajo de medio tiempo (contra el 8.2% de los hombres) y el 15% ha sufrido discriminación, principalmente de despido por embarazo, reducción de sueldo, además de que se les exige presentar certificado de no embarazo.

Las mujeres en México ganan entre un 5% y un 33% menos que los hombres dependiendo del sector económico en el que se desempeñan.

De acuerdo con el índice de discriminación salarial entre la población subordinada y remunerada, la mayor discriminación salarial contra las mujeres se encuentra entre los trabajadores industriales, artesanos y ayudantes, en dicha actividad la mujer gana 30% menos que los hombres, en los operadores de transporte la diferencia salarial es del 24%, en el comercio 17%, entre profesionistas y técnicos 15%, entre funcionarios y directivos 14% y entre oficinistas 10%. La menor discriminación ésta entre las trabajadoras de la educación.

Y para aquellos que piensan que en México nadie gana el salario mínimo, el 51% de las mujeres que trabajan ganan menos de dos salarios mínimos, de las cuales el 21% ganan cuando mucho un salario mínimo.

El número de mujeres jefas de familia en México se ha incrementado en un 30% del 2005 al 2014, y se espera que para el 2020 el incremento sea del 52%. 1 de cada 4 hogares es encabezado por una mujer y la mitad de dichos hogares son de familia ampliada, en el 80% de esos hogares la mujer no tiene pareja pero sí hijos, y 1/3 de los hogares tiene un solo perceptor de ingresos.

Para concluir la mujer trabaja de 10 a 12 hrs. más a la semana que el hombre porque tiene una doble jornada de trabajo: dentro y fuera del hogar y el 75% de las actividades domésticas las realizan mujeres. La mujer destina el 70% de sus ingresos a la familia y la comunidad mientras que el hombre solo destina el 35%.

Como podemos observar aún hay mucho que hacer en materia de políticas públicas laborales para lograr la igualdad entre hombres y mujeres, y mucho más y mejor información recabada por las encuestas de discriminación, y las realizadas en los hogares, entre otras.