LA TIRANÍA DE LOS MERCADOS FINANCIEROS: EL PODER DE UNOS CUANTOS

Las últimas noticias en Europa nos hablan de un desplome de los mercados, del hecho de que los mercados se anticipan a la situación económica, de que son capaces de descontar por anticipado una decisión de política monetaria de los bancos centrales etc., y… seguramente usted se preguntará ¿qué significa ello? Para su asombro la respuesta es muy sencilla, los mercados somos nosotros: personas que continuamente tomamos decisiones de ahorro, inversión, consumo, deuda, producción, contratación de personas etc., pero también debo destacar, que no todos tenemos el mismo poder de influencia en las leyes que rigen la oferta y demanda de bienes y servicios.

El grupo de personas con mayor poder económico, financiero y político son las que determinan hacia donde gira la rueda, pues son sus decisiones las que mueven a las grandes instituciones: empresas triple AAA (transnacionales con una gran generación de empleo y producción), bancos, aseguradoras, fondos de inversión, gobiernos estatales, federales, grandes dependencias públicas, partidos políticos etc.

Ellos son los que tienen en su poder la facultad de invertir o retirar grandes sumas de dinero de los circuitos de producción y finanzas, y de lograr que el circuito de mercancías y servicios, y el circuito monetario siga fluyendo, generando con ello consumo, producción y empleo, que es en realidad la riqueza que genera un determinado país.

El funcionamiento de la economía pone en circulación dos tipos de circuitos contrapuestos: el de las mercancías (bienes y servicios) y el monetario (dinero). Ambos circuitos caminan en sentido contrario, como en una carretera, así las personas adquirimos bienes y en respuesta pagamos en dinero por dichos bienes, si el pago se interrumpe, el circuito monetario se detiene y un poco más tarde se detendrá el de bienes.

En este punto es importante aclarar también que el dinero es básicamente un medio de cambio, un invento que el hombre generó para liquidar deudas. En sí mismo el dinero no es riqueza ya que no es un bien con valor intrínseco, es decir no es oro, ni plata, no podemos comerlo o usarlo como vestido. Es simplemente un signo de valor al que por un acuerdo social le hemos dado el poder, basado en la confianza, de que a través del él podremos liquidar deudas, realizar transacciones, otorgar créditos etc.

Cuando las grandes empresas, los gobiernos y las instituciones financieras deciden atesorar su dinero, la economía se detiene en seco pues el medio de cambio ya no esta circulando, ello genera una caída en las ventas, una reducción de la producción, un incremento en el desempleo, una caída en el consumo y de nuevo una caída en las ventas, en un circulo recesivo.

Pues bien, esto es lo que sucede en los mercados financieros internacionales, la desconfianza de los inversionistas los orilla a mantener su dinero ocioso ya sea en oro y plata, dólares, o bonos de gobiernos como el alemán, que en lugar de redituarles ganancias incluso le pierden, pero sienten que su dinero esta seguro. Así a nivel global, las grandes transnacionales, bancos, aseguradoreas etc. mantienen una liquidez ociosa (dinero inmóvil) que detiene la circulación de mercancías y por ende las ventas, producción, y empleo.

Las empresas no están reinvirtiendo sus ganancias en aumentar la producción y generar empleos, en lugar de ello sus tesorerías las destinan a inversiones seguras en algún instrumento financiero de bajo riesgo como los bonos del tesoro norteamericano, y mientras más concentrada este la riqueza en pocas manos y empresas, más difícil es poner en marcha el mecanismo del crecimiento económico, y para muestra basta un botón, de acuerdo con el documento World Wealth Report 2012, 11 millones de personas en el mundo concentran 42 billones de dólares excluyendo residencias, coleccionables, consumibles y bienes de consumo durable, por lo que son básicamente activos financieros. En México sólo el 0.18% de los mexicanos invierte en la bolsa un capital equivalente al 42% del producto interno bruto.

Para reactivar una economía es indispensable dejar que el dinero circule, mantenerlo ocioso solo mantiene ociosa a la economía.

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