El turismo en México tiene una gran perspectiva debido a lo amplio de los servicios turísticos ofrecidos: turismo de playa, religioso, ecológico, histórico, cultural, de salud, de negocios, de convenciones y de aventura. Según los expertos, en América Latina, tenemos el mayor potencial turístico por el balance existente entre cultura, gastronomía, naturaleza y hospitalidad.
El turismo es factor que equilibra la cuenta corriente de la balanza de pagos, nos ayuda a mitigar el déficit de la balanza comercial porque la actividad es superavitaria, es decir entran más dólares que los que salen por esta actividad y es la tercera fuente de divisas.
De acuerdo con el Consejo Mundial de Viajes y Turismo en 2015 el Turismo en México creció al doble del crecimiento esperado del PIB, esto es un 6.1% anual, pero para la Organización Mundial de Turismo la cifra es de dos dígitos, es decir más de 10%. Ello nos posicionó en el 4º lugar mundial de mayor crecimiento turístico, detrás de China, India e Indonesia, solo que a diferencia de aquellos nuestro mercado es más maduro siendo, el sector, más grande que el financiero, automotriz y educativo.
El turismo a nivel mundial contribuye con un 9% del PIB, esa cifra para México está entre el 8% y el 9%, y se ha mantenido así desde el 2000, generando en promedio el 6% del empleo total en esos mismos años.
La semana santa y las fiestas navideñas y de fin de año son las mejores épocas en atracción de turistas internacionales y nacionales de carácter religioso y de playa. En 2014 generó una derrama económica nada despreciable de 1,657 millones de dólares en semana santa y pascua, y en diciembre de 1,794 millones, en todo el año la derrama fue de 16 mil 257 millones de dólares que es el doble de lo generado en el 2000.
Hoy ocupamos el 10° lugar como destino turístico a nivel mundial, pero en materia de los ingresos que el turismo internacional nos deja estamos en el lugar 22, sin embargo el potencial es enorme si tuviéramos programas más integrados, con visión de largo plazo, transversales y enfocados en garantizar la seguridad, el reordenamiento urbano, la sustentabilidad ambiental y la inclusión social.
Las actividades que aportan más valor agregado son: transporte con el 16% del total, restaurantes, bares y centros nocturnos con el 9.4%, hospedaje con el 9.1% y las artesanías con el 9%. Adicionalmente genera el 5.8% del empleo formal total, las ramas que más ocupación generan son restaurantes, bares y centros nocturnos con el 36%, el transporte con el 16.3%, las artesanías con el 13%.
En materia de consumo, los mexicanos son los que más gastan con el 88% del total realizado dentro del país, sin embargo el turismo nacional se encuentra seriamente limitado por la concentración del ingreso ya que según la encuesta Nacional de Gasto de los Hogares del INEGI, el 20% de la población más pobre gastó en 2013 un promedio de 251 pesos en recreación y cultura, contra 5 mil 915 pesos del 20% más rico, en pocas palabras el 20% más rico de los mexicanos gasto 23.6 veces más que el 20% más pobre. Con respecto al gasto en paquetes turísticos las cifras fueron 1 peso con 54 centavos para el 20% más pobre contra 574 pesos del 20% más rico, es decir un 372.8 veces más, mientras que en restaurantes y hoteles las cifras fueron 546 pesos contra 2 mil 163 pesos, es decir 4 veces más.
Si la distribución del ingreso y la riqueza fuera más equitativa seguramente nos convertiríamos en potencia mundial turística, para ello tendríamos que tener una política fiscal más efectiva en materia de distribución del ingreso, mejores política de promoción y desarrollo turístico, de seguridad y de garantías para el estado de derecho.
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