GUERRA DE PRECIOS INTERNACIONALES DEL PETROLEO PODRÁN HACER INEFECTIVA A LA REFORMA ENERGÉTICA

En el último mes el precio internacional del petróleo se ha reducido a su nivel más bajo en los últimos cinco años. La mezcla mexicana se cotizó al día de hoy, 21 de octubre, en 77 dólares con 63 centavos, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) cotizó 82.82 dólares y el Brent 86.22.

La explicación radica en que hoy el mercado petrolero internacional es el más profundo y líquido desde 1951, con un incremento en la producción mundial del 7% tan sólo en lo que va de éste 2014.

Las razones principales tienen que ver con la mejora en la infraestructura, la tecnología y la producción de energías renovables y no contaminantes como son la eólica, la mare-motriz, la geotérmica, la hidráulica, la solar y la biomasa entre otras. Adicionalmente Estados Unidos está desarrollando tecnologías que han elevado la producción de oil shell y gas shell. Todo ello ha generado un exceso de oferta energética que se ha sumado a la caída en la demanda por la desaceleración económica de dos gigantes: China y la Unión Monetaria Europea.

Los analistas se han cuestionado también si no estamos en el umbral de una guerra de precios, pues los países exportadores de petróleo miembros de la Organización de Países Exportadores de Petroleo (OPEP) no parecen estar interesados en reducir la extracción de crudo para contrarrestar la caída en los precios internacionales, e incluso han llegado a suponer que quizás están dispuestos a dejar caer aún más los precios para hacer quebrar a las empresas pequeñas y medianas en Estados Unidos que extraen gas y petróleo de lutita (atrapado en las rocas) denominado gas shell, y que ha reducido las importaciones de dicho país en aproximadamente un 30%.

Hoy éste país produce 65% más petróleo que hace cinco años e importa 3 millones 100 barriles menos por día y el shell gas constituye más del 50% de la producción total de gas. La Agencia Internacional de Energía estima que para el 2018 Estados Unidos será energéticamente independiente, con las implicaciones que ello pueda tener para México.

Esta caída en los precios del petróleo genera problemas de presupuesto público para países como Yemen, Irán, Venezuela, Nigeria, Ecuador, Lybia, Irak, Rusia y Omán entre otros, ya que el costo de producción de sus barriles de petróleo supera los 93 dólares por barril, y ni que decir para México cuyo costo se ha elevado debido a la disminución en la productividad de los pozos petroleros.

En México la producción total de hidrocarburos del 2003 al 2013 disminuyó un 24%, la de hidrocarburos líquidos cayó un 25%, la de petróleo crudo un 58%; mientras que nuestras exportaciones petroleras se han reducido un 35%. Paralelamente el precio de la gasolina magna en dicho período se ha elevado un 93%, de la premium un 81%, de la turbosina un 311.04% y del diesel un 140.4%. La razón es simple, el precio del barril de petróleo se cotiza en el mercado internacional, mientras que los precios de la gasolina son precios administrados, es decir determinados por el gobierno para tratar de cubrir su déficit fiscal ante la baja recaudación de impuestos. Además no debemos olvidar que desde hace más de 30 años, 30 centavos de cada peso que ingresa al gobierno federal proviene de Pemex.

Para México las consecuencias de la caída de los precios del petróleo son similares, de forma que podría darle al traste a la Reforma Energética, que se concentró básicamente en dos fuentes de energía: hidrocarburos y eléctrica, y ésta caída en los precios aunado a los costos de extracción del crudo de aguas profundas y de pozos cada vez menos productivos reduce notablemente la rentabilidad para los posibles inversionistas nacionales y extranjeros que quieran participar en la extracción, refinación y distribución del petróleo, por el hecho de que en nuestro país se reduce la producción de la principal fuente de energía.

El otro problema es que el consumo energético de la economía en su totalidad se esta elevando por encima de la producción energética y en el 2020 tendremos un déficit estructural de energía.

Otros países están trabajando en el desarrollo de fuentes energéticas renovables y no contaminantes. En Brasil por ejemplo el 80% de la producción de energía es Hidráulica, mientras que en México es del 12.30% (el promedio mundial es del 16.10%), con respecto a la energía eólica en España es el 14.56% del total y en México del 0.56% (el promedio mundial de 1.96%), para el caso de energía solar las cifras son España 2.98%, México 0.01% (promedio mundial 0.29%), la energía bioenergética es del 7.11% en Chile y en México del 0.85% (promedio mundial 1.65%).

Creo que es urgente y necesario completar el paquete de leyes secundarias que impulsen la inversión y producción de energías renovables y verdes si no queremos quedar fuera de la jugada en el escenario energético de la próxima década. Nos hemos desgastado demasiado con una reforma energética en hidrocarburos que no sólo llega tarde al escenario, sino que además no podrá operarse si los precios internacionales del petróleo siguen cayendo.




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