LO QUE UN CANDIDATO NO PUEDE NI DEBE PROMETER: GENERACIÓN DE EMPLEOS

El error más común de un candidato a un puesto de elección popular es el prometer generar empleos, porque dicha generación depende de múltiples factores relacionados con múltiples variables fuera del alcance directo de un gobernante.

Entre los factores más importantes están las perspectivas sobre el crecimiento económico y la disponibilidad de recursos financieros para la inversión, la existencia de condiciones sustentables para el crecimiento de la inversión productiva, la estabilidad macroeconómica del país, la innovación tecnológica que desplaza mano de obra, las destrezas y habilidades de la población, el nivel educativo y la oferta de recursos tecnológicos.

Es algo muy difícil de cumplir, pero muy fácil de evaluar por parte de la población cuando no se llega a la meta, sobre todo porque las personas perciben de inmediato el incremento en el desempleo y la precarización del empleo existente.

No es responsabilidad de un gobierno la generación directa de los empleos, sino el sentar las políticas públicas que generen un clima de inversión pro generación de puestos de trabajo, disminuir los trámites burocráticos para abrir empresas y disminuir el costo de apertura que dichos trámites conlleva.

La generación de empleos no depende de una política económica específica, a menos que a manera de populismo económico se generen plazas de burócratas en las dependencias públicas. Más bien depende de múltiples políticas y circunstancia económicas relacionadas con el grado de apertura externa y de competencia que enfrentan los empresarios, del nivel de rentabilidad de su actividad emprendedora, de su aversión al riesgo, de su percepción sobre las ventas y la necesidad de incrementar la producción de bienes y/o servicios, de la disponibilidad de créditos y fondos de inversión, de las necesidades de mano de obra calificada no solo en aspectos técnicos, sino también en aptitudes para resolver problemas, trabajo en equipo, disposición al cambio y flexibilidad laboral.

En una economía abierta como la nuestra las empresas enfrentan una fuerte competencia, los márgenes de beneficio se reducen y se inicia una carrera por reducir los costos de producción mediante la reducción de los costos laborales, que es lo más directo y fácil de reducir, lo que lleva a niveles mayores de precarización del empleo: bajos salarios, nulas prestaciones etc., que a su vez deprimen las ventas reduciendo el mercado interno y fomentando la acumulación de inventarios, lo que reducirá a corto plazo la producción y la misma generación de empleos, en una especie de circulo vicioso.

En esencia la generación de empleos depende en primera instancia de la actividad económica de los particulares y las facilidades que tienen para abrir y operar una empresa, por ello es más realista prometer sentar las condiciones básicas para la apertura rápida y económica de empresas y las condiciones macroeconómicas que garanticen su operación sustentable.

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