De acuerdo con la Secretaría de Economía, Jalisco tiene un gran potencial en materia de crecimiento económico; en nuestro estado tenemos 12 universidades, 14 institutos tecnológicos y 590 centros de capacitación, lo que genera mano de obra fuertemente capacitada que puede competir a nivel internacional, además tenemos una posición estratégica en el poniente del país que durante años nos identificó como centro comercial y de distribución a nivel regional. Tenemos el primer lugar en infraestructura hotelera y de negocios, importantes vías de comunicación, dos puertos de altura y cabotaje y 1,109 kilómetros de vías férreas. Nos han reconocido como el quinto lugar entre las mejores ciudades del futuro y el segundo lugar en potencial económico de Norteamérica.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población el índice de desarrollo humano de Jalisco está por encima del promedio nacional en materia de esperanza de vida, alfabetización y nivel de escolaridad, ocupando el lugar 14 con un grado alto de desarrollo humano.
Ocupamos el sexto lugar en materia de atracción de inversión extranjera en los últimos 22 años (1989-2011) con el 3% del total nacional, estando en primer lugar el Distrito Federal con el 56.8%, seguido de Nuevo León con el 10.6%, Estado de México 5.4%, Chihuahua 4.8% y Baja California Norte 4.3%. En dicho período hemos recibido 10,642.7 millones de dólares y, comparados con éstos estados, somos mucho más consistentes en dicha atracción con una menor volatilidad (variación) que Nuevo León o el Estado de México, lo que significa que comenzamos a posicionarnos como foco de atracción, sin embargo la inversión extranjera depende de muchísimos factores, entre ellos la situación económica en el país de origen y, en el país de destino: la infraestructura básica, el apoyo gubernamental en materia de subsidios o ciertas prestaciones económicas, el potencial del mercado, el estado de derecho y el respecto a los derechos de propiedad, la seguridad pública, la facilidad para hacer negocios, la calidad institucional, la estabilidad política y el control de la corrupción entre otros.
Desarrollar índices de atractividad económica que tomen en cuenta estos factores y los índices de libertad económica, estabilidad política y calidad de sus instituciones debe ser una labor del próximo gobernante, porque en función de ellos y su seguimiento podrá establecer políticas públicas que fomenten no solo la inversión extranjera, sino la nacional en nuestro estado.
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