Hoy en día los movimientos del tipo de cambio (precio peso/dólar) se encuentran fuertemente determinados por la globalización financiera y la búsqueda de protección ante la incertidumbre y la especulación. Los indicadores macroeconómicos básicos como: baja inflación, bajo déficit fiscal, bajo déficit comercial, estabilidad en tasas de interés, baja tasa de desempleo y crecimiento económico, ya no son la fuerza principal que sostiene a la moneda de un país frente a otra.
Hoy en día los bancos centrales del mundo y en especial, los de las economías emergentes, son los rehenes de los flujos internacionales de capital, teniendo que modificar sus políticas monetarias ya no en función de sus metas económicas e inflacionarias, sino en función de proteger a sus monedas de los embates especulativos que se realizan en los mercados de dinero y que las deprecian o aprecian veloz e intensamente; generado fuertes riesgos financieros para los agentes económicos endeudados en dólares, afectando la competitividad por precios, la inflación, los déficits fiscales y modificando las tasas de interés y las condiciones crediticias existentes.
De acuerdo con el 85° informe anual del Banco Internacional de Pagos (2015), en el último año se observa una tendencia de los bancos centrales a determinar su tasa de referencia en función de las acciones instrumentadas por la Reserva Federal o el Banco Central Europeo, y éstos bancos a su vez se mueven como respuesta a los fenómenos de la globalización financiera.
Las razones están directamente relacionadas con el exceso de libertad existente en los mercados financieros. Ellos pueden mover capitales de un país a otro buscando ganancias cambiarias, protección y rentabilidad. Su libérrimo actuar es resultado de la liberalización financiera, cuyas bases teóricas se centran en la competencia perfecta, sin embargo dichos mercados están lejos de ser perfectamente competitivos.
Grandes Bancos e Intermediarios Financieros dominan el sistema, concentran los recursos y con ello el poder, a grado tal que son capaces de manipular los precios de las divisas o las tasas de interés de referencia como el caso de la tasa Libor en 2012 -que es referencia para las tasas a nivel mundial tanto en créditos como derivados-, o la manipulación del precio de las divisas que involucró a los bancos más importantes (JPMorgan Chase, Bank of America y Citigroup, Barclays, Royal Bank of Scotland, USB) tanto Ingleses como Norteamericanos, cuyos operadores se denominaban así mismos “El Cartel”
Para manipular éstos mercados se requieren grandes cantidades de capitales que solo pueden generarse en un sistema dominado por oligopolios financieros que buscan ganancias extraordinarias sin importar las consecuencias, que es exactamente el mismo caso de las hipotecas subprime, generadoras de una de las peores crisis financieras de la historia.
Ya hemos dicho en ocasiones anteriores que el 87% de la riqueza financiera se encuentra en el 1% más rico de la población misma que utilizan los servicios financieros de grandes intermediarios que administran su riqueza, buscando siempre el mejor rendimiento y moviendo capitales de un lugar a otro, y ellos son los que hoy tienen el poder, pero dado que unos poseen la riqueza y otros la administran, no parecen ser conscientes de la inestabilidad financiera mundial que provocan.
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