INCREMENTO DE TASA DE INTERÉS DE LA RESERVA FEDERAL, IMPACTO EN MÉXICO

La tasa de interés es uno de los instrumentos más poderosos que tiene un banco central para influir en la actividad económica de un país. El banco central es el emisor de dinero de curso legal y lo inyecta al sistema bancario mediante subastas de créditos a la banca comercial, así la banca obtiene los recursos monetario para luego prestar al público o a otros bancos (crédito interbancario), y las familias, empresas y gobierno pueden obtener créditos bancarios para lograr sus objetivos de adquisición de bienes y servicios, inversión productiva, viajes etc.

La tasa de interés de referencia es la tasa a la que el banco central (en nuestro caso Banco de México) subasta créditos a la banca comercial, y la tasa objetivo es la tasa de interés de corto plazo que predominará en el mercado y que definitivamente depende del nivel que determine el banco central. Sobre ella se fundamentarán los costos para financiar crédito hipotecario, tarjeta de crédito, crédito automotriz, de avío, refaccionario, etc.

Cuando la Reserva Federal eleva su tasa de interés está ofreciendo un mayor rendimiento lo que atrae inversionistas de todo el mundo. Aquellos países que ofrezcan menores rendimientos o menores tasas de interés verán salir los recursos monetarios de sus economías y los capitales fluirán hacia los Estados Unidos, éste país verá apreciar su moneda (dólar), mientras que el resto de los países que no muevan sus tasas verán depreciar sus monedas.

En la economía norteamericana se aumentarán los niveles de ahorro, reduciendo el consumo de las familias, disminuirán los rendimientos de los proyectos de producción financiados con recursos bancarios, por lo que la inversión productiva disminuirá; las personas con deudas en tarjeta de crédito, y por lo tanto a tasa de interés flexible, verán incrementarse su deuda y tendrán problemas de liquidez, todo ello desacelerará a la economía norteamericana generando menor crecimiento económico y empleo. Por ello el movimiento en la tasa de interés de referencia debe ser moderado, cauto y pausado, de lo contrario se podría generar una recesión.

De ahí que la Reserva Federal solo haya subido ¼ de punto porcentual su tasa de referencia, al pasar de 0.25% a 0.50%, y a pesar de tan moderado incremento, veremos efectos a nivel global.

Para el caso de México, el Banco de México tendrá que subir también su tasa de referencia o de lo contrario habrá salidas de capital, sobre todo de aquellos inversionistas que trajeron sus capitales de forma masiva para aprovechar los mayores rendimientos que generaban tasas mucho más elevadas que las norteamericanas, ya que aquí la tasa de referencia era de 3%. Mientras ello duró, y el precio del petróleo se mantuvo, el peso se apreció, pero ahora la fiesta termina y a menos que mantengamos los rendimientos competitivos, habrá vuelo a la calidad lo que depreciará aún más el peso, moviendo las expectativas de rentabilidad de los proyectos de inversión y posponiendo decisiones de empleo, construcción, producción, viajes al extranjero etc.

El problema es que la economía mexicana muestra ya claros signos de desaceleración, el efecto de incrementar la tasa de referencia se magnificará en el resto de tasas de interés, especialmente en las relacionadas con los créditos revolventes y los agentes económicos endeudados verán aumentar sus deudas, disminuir su liquidez y posponer sus decisiones sobre el uso del dinero, y ese no será el impacto total, si la economía norteamericana entra en desaceleración, nosotros lo haremos en mayor magnitud debido a nuestra estrecha dependencia en relación a las exportaciones, la inversión extranjera, las remesas, el turismo y las importaciones de materia prima y tecnología, éstas últimas pueden impactar los costos de producción generando un incremento en precios.

La Reserva Federal sabe del impacto global que su decisión ocasiona, por ello es muy seguro que el incremento en tasas de interés sea muy pausado. Economías grandes han presionado al respecto (Alemania, Francia, Italia, Japón, Canadá y Gran Bretaña) para concertar un movimiento de tasas pausado e incluso dicho incremento podrá ser revertido si la economía Norteamericana se desacelera y apunta hacia la deflación.

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