LA EVOLUCIÓN DE LA CRISIS EN LA ZONA MONETARIA EUROPEA

Esta crisis comenzó desde marzo del 2007, cuando el incremento en las tasas de interés llevó al impago a miles de deudores hipotecarios, lo que generó una baja recuperación de la cartera crediticia de los bancos y por ello, un efecto en cascada sobre los inversionistas institucionales (fondos de pensiones, aseguradoras, fondos de inversión, fondos mutualistas etc.) que habían confiado sus recursos para invertir en productos financieros estructurados cuyo portafolio principal se componía de instrumentos de deuda hipotecaria.

La desconfianza paralizó no solo el crédito entre los bancos comerciales, sino a todo el sistema financiero debido a la complejidad de las operaciones realizadas y a la imposibilidad de saber, con certeza, que tan contaminados estaban sus balances y sus portafolios de inversión.

El crédito es como el aceite que mueve el engranaje de la producción y por ende de la generación de empleos, ingresos y consumo. Sin crédito las economías se paralizan pues el flujo de recursos de quien tiene un excedente monetario hacia aquel que tiene un faltante (déficit) se suspende, aumentando el desempleo y cayendo estrepitosamente el consumo de las familias, lo que disminuye las ventas de las empresas y finalmente aumenta la pobreza.

Durante 2008 y 2009, los gobiernos de los países afectados, incrementaron el gasto público y disminuyeron los impuestos para reactivar las economías, a su vez inyectaron grandes cantidades de dinero a los bancos comerciales afectados y aquellas instituciones financieras que estaban seriamente comprometidas. Todo ello, en conjunto, elevó su déficit fiscal y por lo tanto los obligó a buscar más recursos en el mercado internacional de dinero aumentando su deuda pública y con ella, la necesidad de ofrecer intereses cada vez más elevados para seguir atrayendo capitales. Este proceso genera un circulo perverso pues el incremento en intereses eleva aún más el monto de la deuda. Es así como la crisis hipotecaria y productiva se transforma en una crisis de deuda pública.

Adicionalmente los bancos comerciales más grandes de Europa: franceses, alemanes, ingleses y españoles, compraron estos instrumentos de deuda lo que aumentó su exposición al riesgo de un impago por parte de los gobiernos deudores, en especial Grecia, Irlanda, Italia y Portugal. Para seguir prestando a estos países, el Fondo Monetario Internacional y en especial los gobiernos de Alemania y Francia impusieron como condición la aplicación de medidas recesivas: reducir del gasto público y elevar los impuestos; medidas que se han traducido en la reducción de pensiones, gasto público en educación y servicios sociales que afectan a amplios sectores de la población, en especial a los jóvenes. Paralelamente la generación de empleos se ha reducido elevándose las tasas de desempleo y la pobreza. Como es de esperar ello ha generado fuertes protestas por parte de la población civil y en especial por los jóvenes indignados que ven como su futuro laboral, productivo y económico se desmorona, lo que aumenta la presión social y política sobre los gobiernos en turno y ha obligado a elecciones prematuras, cambio de gobernantes y de responsables de las finanzas de los países.

Hoy día, la población en general se opone a continuar pagando por los errores y la avaricia de los especuladores, lo que ha estancado las negociaciones y polarizado las posiciones en torno a cómo resolver esta crisis. Mientras algunos gobiernos como el de Francia proponen volver a una política de crecimiento económico aumentando de nuevo el gasto público y bajando los impuestos, otros, en especial Alemania, insisten en poner en orden las finanzas públicas reduciendo aún más el déficit fiscal. La oposición de la población es tan importante en Grecia que ha llevado a exigir su salida de la zona monetaria europea. Si bien esto les permite una recuperación más rápida de la crisis, tiene implicaciones financieras internacionales que pueden conducirnos de nuevo a una recesión global.

No hay comentarios:

Publicar un comentario