Existe un cuarto factor que ha determinado el precio del dólar y su volatilidad, dicho factor se denomina especulación.
La especulación es la actividad de compra-venta de bienes, divisas, oro, plata, etcétera, que las personas realizan cuando esperan obtener un beneficio económico adicional simplemente por la variación del precio del bien adquirido en el tiempo.
En el caso de divisas, y en especial del dólar para México, el motivo de dicha especulación es la incertidumbre con respecto al riesgo que representa la pérdida de valor del peso con respecto al dólar, de forma que las personas compran hoy los dólares a un "precio barato" para poder pagar a futuro una deuda en dólares, un viaje al extranjero, adquirir los insumos importados y necesarios para la producción del año, enviar dinero a sus familiares en el extranjero, etcétera. Sin embargo cuando se presentan movimientos abruptos, fuera del promedio, el principal motivo es realizar ganancias cambiarias en el corto plazo.
En éste último caso lo que se da es una apuesta en contra el peso, y si muchas personas piensan de la misma manera, lo que era una posibilidad de depreciación del peso se traduce en una realidad generándose un fenómeno al que los economistas llamamos "expectativas auto-cumplidas".
Ello puede generar fuertes presiones financieras sobre empresas, gobiernos, bancos e instituciones financieras y familias endeudadas en dólares, o empresas que importan materia prima, maquinaria y equipo en cantidades importantes, por ello el Banco Central, en nuestro caso el Banco de México debe salir en defensa del dólar mediante subastas de sus Reservas Internacionales, en las cuales el precio es fijado por los compradores, o bien mediante ventas directas a un precio determinado.
En muchos casos el sólo anuncio de la posibilidad de subastar reservas funciona para evitar el movimiento especulativo en contra del peso, pues no hay motivos reales (deuda, turismo internacional, remesas, importaciones) para demandar dichos dólares, sino simplemente desconfianza y temor a la pérdida de poder adquisitivo del peso ante una probable depreciación. Los especuladores se ven desmotivados porque saben que de inyectar dólares al mercado cambiario, el precio del dólar disminuirá y probablemente en lugar de tener ganancias tendrán pérdidas cambiarias.
Sin embargo y a pesar del anuncio del día 11 de marzo por parte del Banco de México de incrementar la subasta de dólares y reducir el ritmo de acumulación de Reservas Internacionales para poner más liquidez en el mercado cambiario los compradores de dólares han estado muy nerviosos y especulando contra el peso.
¿A qué se debe ésto?, la razón es sencilla y se relaciona con la posibilidad de que la Reserva Federal cuya presidenta es Janet Yellen, incremente las tasas de interés para normalizar la política monetaria que aplicó durante los últimos cinco años en los que mantuvo su tasa de interés objetivo a niveles de entre 0 y 0.25% anual, a la par que realizó una compra masiva de bonos respaldados por hipotecas por 1.8 billones de dólares y bonos del tesoro por un total de 4.5 billones de dólares. Esto implicó una inyección de liquidez a niveles sin precedentes lo que se tradujo en un incremento en la cantidad de dinero en circulación que pasó de 837.2 billones de dólares en diciembre de 2007 a 3 mil 830 billones en noviembre del 2014.
Gran parte de esta liquidez emigró a economías emergentes, una de ellas México, para lograr intereses más atractivos en bonos del gobierno y bonos privados, así como atractivos rendimientos en acciones en el mercado de valores.
Si la Reserva Federal sube su tasa objetivo, dichos capitales emigrarán en un vuelo por la calidad buscando mejores rendimientos en Estados Unidos y el peso tendrá una depreciación acelerada si la tasa de interés de la Reserva no sube de manera muy paulatina, y ésto lo saben tanto los especuladores, como los importadores y las empresas que se endeudaron en dólares durante los últimos tres años para aprovechar las bajas tasas de interés en EUA y la apreciación del peso que se había producido producto de dicho flujo de capitales.
En pocas palabras éstos agentes económicos están muy nerviosos ante la posibilidad del incremento en la tasa objetivo de la Reserva y el grado en que dicha tasa se va a incrementar. Se dice entonces que son sensibles a los movimientos en la tasa de interés, o que su respuesta es demasiado elástica a dicha tasa generando el movimiento especulativo en contra del peso.
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