De acuerdo
con el Banco Internacional de Pagos, el peso es la moneda más fuerte del mundo
desde junio del año pasado calculado como un índice de tipo de cambio real de
una canasta de 61 monedas, lo que supone que al cierre de febrero de este año nuestra
moneda tiene una apreciación de un 11%.
Esto no
implica necesariamente que tengamos que echar las campanas al vuelo, pues dicha
apreciación, si bien se relaciona con la fortaleza de los denominados macro fundamentos
(bajo déficit fiscal, baja tasa de inflación, baja deuda publica como
porcentaje del PIB, bajo déficit comercial y estabilidad en las tasas de
interés) que generan un bajo riesgo país y una mejora en la calificación de la
deuda gubernamental y privada, también genera riesgos importantes para el país.
Aunque sin duda tiene algunas ventajas, éstas son menores con respecto a los
riesgos, por ello trataré de explicar primero los riesgos y luego las ventajas
relativas de ello.
El primer
riesgo se relaciona con un exceso de optimismo que lleve a los empresarios a
tomar deuda externa en dólares porque la tasa de interés es más baja y porque
ante la apreciación del peso, pagarán menos pesos por cada dólar, así tenemos
que el endeudamiento externo del sector privado no bancario paso de 5,726
millones de dólares en 2010 a 9,240 millones de dólares en 2012, es decir un
161% más.
El problema
básico es que no se tiene en consideración el riesgo que el endeudamiento en
dólares genera cuando los ingresos de las empresas no son en dólares, de hecho
el resultado de la apreciación del peso es debido a una entrada masiva de
capitales especulativos que tratan de aprovechar las tasas más altas de interés
que se pagan en México con respecto a otros países y que se han invertido en
los mercados de dinero comprando deuda gubernamental y privada. Para que se de
una idea en 2010 ingresaron capitales por un total de 37,335 millones de
dólares de inversión de cartera (corto plazo, mercado de dinero), mientras que
en el 2012 ingresaron 80,229 millones de dólares, es decir un 215% más que en
el 2010.
Este tipo
de inversión es de corto plazo y muy sensible a la inestabilidad financiera
internacional, su característica es el rápido proceso de emigración cuando se
presenta un mayor rendimiento en otro país o se incrementan los riesgos en el
sistema financiero internacional, lo que frecuentemente genera un proceso de fuga
de divisas con una depreciación o devaluación abrupta de la moneda y para
evitarlo el banco central tiene que vender sus reservas internacionales en el
mercado de cambios.
Los
extranjeros han incrementado su posición en títulos de renta variable y para
enero de este año tienen 181 mil 506 millones de dólares, lo que sobrepasa
nuestras reservas internacionales en divisas que a la fecha son de 165 mil 383
millones de dólares.
Otra seria
desventaja por la apreciación del peso es que nuestras exportaciones pierden
competitividad, pues se encarecen en dólares (cada dólar compra menos pesos y
por ello menos productos mexicanos), exportamos menos, mientras que tendemos a
importar más, las remesas por su parte también se reducen en términos de pesos,
pues cada dólar se intercambia por menos pesos. No olvide que dichas remesas son nuestra segunda fuente de divisas.
Dentro de
las ventajas es la posibilidad de atraer turismo extranjero, si no tuviésemos serios
problemas de seguridad y violencia, el turismo crecería notablemente, sin
embargo ya sabemos que México ha dejado de estar entre los países del top ten mundial.
Otra
ventaja es que las importaciones se abaratan, y como nuestros principales
productos de importación son maquinaria, equipo, y materia prima, los costos de
producción se reducen permitiendo mantener la inflación bajo control y a la
baja, mientras que las empresas, si invirtieran en maquinaria y equipo, tienen
la oportunidad de modernizarse e invertir en tecnología, sin embargo de nuevo
aparece el pero, ya que no lo están haciendo pues la incertidumbre tiene a la
inversión productiva prácticamente estancada, y las empresas grandes mantienen
enormes cantidades de flujo de efectivo ocioso o lo reinvierten en el mercado
financiero generando una mayor burbuja inflacionaria en el precio de los activos
financieros, lo que lleva al índice de precios y cotizaciones, IPC; por encima
de los 42 900 puntos retroalimentando la especulación en el mercado de valores.
La otra
ventaja es que nos permite mantener las tasas de interés bajas, abaratando el
capital para quienes desean emprender, pero los bancos prefieren financiar el
consumo a través de tarjetas de débito y se ponen exigentes para con las
empresas, pues el riesgo de la inversión productiva siempre es mayor así como
el plazo del crédito, en tanto que en los créditos de nómina prácticamente no
hay riesgo, a menos que el empleado endeudado sea despedido.
Como puede
usted observar, las ventajas no son tales en un sistema donde la especulación
esta por encima de la creación de empresas, empleos e ingresos.
La recomendación es por lo tanto, pensar concuidado y tomar coberturas en caso de que adquiera deuda en dólares.
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