PARA EVITAR LA CRISIS POR CONTAGIO: MERCADO INTERNO

A partir del sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado, México inició un cambio de modelo de crecimiento económico basado en el mercado externo, es decir crecer en función del sector exportador y la importación de materia prima y tecnología, la idea era replicar el ejemplo de los tigres asiáticos cuyas tasas de crecimiento eran impresionantes. Para ello se disminuyeron los aranceles (impuestos a la importación), se incorporó al  Acuerdo sobre General sobre Aranceles y Comercio (GATT) y se fue abriendo la economía mexicana a la competencia internacional mediante la firma de Acuerdos Comerciales.

Antes de esto, el crecimiento económico descansaba en el mercado interno, es decir en la promoción del sector productivo nacional protegiendo a las empresas mexicanas de la competencia externa a través de permisos previos de importación, aranceles y mediante estímulos fiscales. Existía lo que denominamos una política industrial y las autoridades monetarias dirigían sus esfuerzos para lograr que la banca comercial otorgara créditos a tasas preferenciales y en cantidades importantes a sectores productivos estratégicos como el acero, la producción de maquinaria y equipo entre otros. Ello garantizaba la generación de empleos remunerativos y por lo tanto ingresos suficientes para incentivar el consumo de las familias y el crecimiento de la clase media, fuente básica del mercado interno.


En 1980 las exportaciones representaban el 10.6% de la producción nacional, y las importaciones el 10.5%, en conjunto sumaban el 21.1%, para fines del 2010 los datos eran 36.6% y 35.4% que en conjunto suman el 72%, ésta última cifra es el grado de apertura externa o volumen de comercio exterior, y como vemos el cambio es dramático. Ello significa que crecemos básicamente en función del mercado externo, pero también que nuestra dependencia con respecto a una sola economía, la norteamericana, es mayúscula, porque el 84% de lo que exportamos se dirige hacia aquel país.

Nuestro mercado interno, en contra partida se ha ido debilitando por la creciente concentración del ingreso, la precarización del empleo (bajos salarios, baja calidad, predominio del contrato temporal con respecto al permanente y la creciente informalidad), y la debilidad económica de la clase media.

La pobreza se ha incrementado y más de la mitad de los mexicanos la padecen. Así en un escenario internacional debilitado por la crisis financiera europea y la desaceleración de la economía norteamericana, es difícil lograr tasas de crecimiento importantes y el contagio de la inestabilidad financiera internacional y de una probable crisis, cada día es más cercano y más fácil.

¿Qué podemos hacer al respecto?, definitivamente la solución radica de nuevo en crecer hacia adentro, es decir en función del mercado interno, y para ello debemos desarrollar una política de promoción industrial que refuerce mediante estímulos fiscales, crédito bancario y apoyos en infraestructura, tecnología y educación al sector productivo nacional, en especial a la micro empresa que representa el 97% de las empresas en México generando el 47% del empleo y el 31% del Producto Interno Bruto (PIB),  y a la pequeña empresa cuyas cifras son respectivamente: 2.7%, 20% y 26%. Además se debe destacar que las familias más pobres, son las directamente vinculadas con este tipo de empresas y si queremos disminuir la pobreza debemos establecer un programa de carácter nacional que apoye a los pequeños emprendedores y facilite con una ventanilla única todos los trámites necesarios para su establecimiento.

1 comentario:

  1. Hace poco fui a una conferencia de la Konrad Adenauer y tanto Ross de Leo como Carlos Ramírez coinciden en que el modelo hacia afuera está agotado. Sugieren volcarse hacia adentro como forma de protegerse de la crisis por venir. Saludos maestra.

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