DEL PORQUE DEL BREXIT

La Unión Económica Europea (UE) es el resultado de largos años de negociación para tratar de integrar una unión económica con una sola moneda. Es en primera instancia un mercado común que busca garantizar a sus miembros un crecimiento económico sustentable, estabilidad y desarrollo humano. Por ello los miembros deben coordinar y armonizar su política económica: a) Fiscal, relacionada con los niveles de gasto, endeudamiento público, impuestos e ingresos públicos; b) Monetaria, relacionada con el manejo de tasas de interés, oferta monetaria y hoja de balance del banco central; c) Cambiaria, para los que no pertenecen al euro (Gran Bretaña y Dinamarca); y d) Financiera y bancaria.

También deben coordinar su política social, cultural, deportiva e incluso la relacionada con las relaciones diplomáticas, migración, seguridad nacional y las relaciones económicas con los países no miembros de la unión.

Los países miembros están sujetos a la vigilancia de la Comisión Europea que fiscaliza el desempeño de sus indicadores económicos, evalúa su situación económica y hace recomendaciones en materia de política económica. Ello impone límites severos en cuanto a la autonomía de cada país respecto a la política económica a instrumentar frente a una crisis financiera, económica e incluso política; anteponiendo en la mayoría de los casos los intereses de la unión y por ende, de los ciudadanos europeos, a los intereses de los habitantes de cada país.

El pertenecer a la UE implica una política comercial uniformada de libre circulación de mercancías, servicios, personas y capitales; cumplir con las pautas de una misma política exterior y de cooperación en materia judicial y policial; en asuntos climáticos; energéticos; marítimos y de pesca; de aduanas; comercio; protección de consumidores; cultura; deporte; empleo, pensiones y seguridad laboral; política social; de desarrollo y cooperación; derechos humanos; migración etc.

Todos los países miembros tienen un sistema uniforme de derechos aduaneros sobre importaciones.

A partir de la crisis financiera de 2008 se han reforzado las medidas de seguridad, cooperación y coordinación de políticas económicas, se han endurecido los controles sobre la deuda y déficit público, así como las normas presupuestarias y las sanciones ante su no cumplimiento. Adicionalmente se han establecido procedimientos para evitar burbujas inmobiliarias y financieras, y se han establecido nuevos mecanismos de supervisión bancaria con la idea de crear una unión bancaria, una unión fiscal y finalmente una unión política.

La unión bancaria presupone la integración financiera mediante el fortalecimiento y ampliación de la regulación y supervisión del sector bancario. La unión fiscal pretende un presupuesto común, una autoridad fiscal central y en lugar de bonos de deuda nacionales, bonos de deuda comunes. La unión política por su parte no ha sido definida aún con claridad pero presupone la federalización gradual de la unión económica para disfrutar de legitimidad democrática que genere eficiencia y representatividad.

Gran Bretaña se adhirió en 1973, y cuando se establecieron los requisitos y procedimientos para establecer una moneda común rechazó, junto con Dinamarca, ésta última fase de integración, misma que generó la Zona Monetaria Europea (eurozona). De esta manera mantuvieron su propia moneda, y no están obligados a acatar las medias del Banco Central Europeo (BCE), pero sí de coordinar sus políticas económicas.

Hoy Gran Bretaña no quiere cumplir con los acuerdos migratorios, especialmente los relacionados con los refugiados, no desea seguir pagando contribuciones a la UE que equivalen a 8.5 mil millones de libras esterlinas, desea determinar sus propias políticas de empleo, salud y seguridad, favorecer el ambiente de los negocios ingleses, y tener una mayor influencia en el libre comercio y la cooperación económica internacional sin estar sometida a las instancias burocráticas de la UE y así evadir los costos de la regulación y supervisión.

Sin embargo salir de la UE le representará fuertes costos ya que el 52.4% de sus exportaciones se dirigen a la UE y perdería las ventajas del libre comercio, ello impactaría la generación de empleos y el crecimiento económico de Gran Bretaña y alentaría la salida de otros países de la UE debilitando a la región en su conjunto. Adicionalmente la libra esterlina en un primer momento sufriría una devaluación y generaría desconfianza entre los inversionistas internacionales e inestabilidad financiera internacional, como de hecho ya lo ha estado haciendo.

Los analistas especializados han evaluado el impacto en el Producto Interno Bruto entre un -0.10% como mínimo hasta un -3.9% como máximo.

La decisión a tomar el día 23 de junio es totalmente incierta, no existe un consenso fuerte entre la población sobre la salida, y ello ha generado una fuerte inestabilidad financiera.

La decisión esta en manos de la población por medio de un referendum y de acuerdo a las encuestas realizadas hay mucha volatilidad entre el quedarse o salirse.

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