PROS Y CONTRAS DE LA MEGALOPOLIS DE GUADALAJARA

De acuerdo con el Banco Mundial en su documento “Sistemas de Ciudades: la urbanización, motor del crecimiento y alivio de la pobreza” las áreas urbanas son el núcleo del crecimiento económico y del desarrollo humano, en ellas se genera riqueza, conocimiento, investigación, innovación, empleos, producción, ingresos y mercado.

Al día de hoy las zonas urbanas generan el 70% del PIB mundial, concentran el 50% de la población y cada año se agregan 70 millones de nuevos habitantes urbanos; se estima que para el 2030 los países en desarrollo tendrán el 80% de la población urbana mundial.

El problema es que la gran concentración económica y demográfica de las áreas urbanas genera fuerzas centrípetas (de atracción) que retroalimentan una dinámica continua y acelerada de su crecimiento, no solo atraen personas buscando empleo, sino también capitales, empresas, inversión extranjera, centros educativos etc.

Las necesidades de recursos productivos: agua, energía y recursos naturales son crecientes y ello genera un crecimiento desequilibrado, exponencial y no sustentable que a su vez, dada la aglomeración de personas y recursos genera: contaminación, estrés, iniquidad, desigualdad de ingresos, riqueza y oportunidades, problemas de movilidad y una lucha continua por el espacio en una vivienda, transporte público, escuela, clínica, universidad, vialidad y empresa.

La megalópolis de Guadalajara no está ajena a éstos problemas, de acuerdo al último censo económico la zona metropolitana de Guadalajara (ZMG) (la ciudad y los municipios conurbados) es la segunda más grande del país por número de habitantes y en 2010 el 60% de la población del estado vivía en ella, esto es el 3.9% de la población del país, generando el 4.1% de la producción bruta total del país y el 82% del PIB del estado.

Como área metropolitana (AMG) (ciudad + municipios conurbados + municipios contiguos a los centrales y municipios exteriores) en 2015 aglomeró 57 localidades urbanas en una superficie de 2 mil 574 km2, y 4 millones 810 mil 299 habitantes. El 75% de las empresas se ubican en ésta área y generan el 34.1% de la ocupación total del estado.

Pero según el Instituto Metropolitano de Planeación del Área Metropolitana de Guadalajara (IMEPLAN), AMG tiene una superficie de 3 mil 265 km2 y 4 millones 498 mil 195 habitantes en 9 municipios: Guadalajara, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, Tlaquepaque, Tonalá, El Salto, Juanacatlán, Ixtlahuacán de los Membrillos y Zapotlanejo.

El crecimiento urbano ha sido del 564% de 1960 a la fecha, y de acuerdo con el diagnóstico de ONU-Habitat “Guadalajara Metrópoli Próspera” ocupa el lugar 26 entre las 85 ciudades más prósperas del mundo, sin embargo el ritmo de construcción de vivienda ha superado la tasa de crecimiento demográfico, como resultado la expansión urbana ha sido desordenada, generando grandes iniquidades en la dotación de servicios públicos básicos, con ciudades dormitorio que carecen de fuentes de trabajo, servicios escolares, de salud, recreativos, culturales, comerciales y de transporte. Adicionalmente la ciudad está segregada, dividida por estratos socio-económicos, con conectividad limitada en la que los lazos comunitarios se han debilitado, la calidad de vida ha disminuido, la contaminación se ha elevado así como la congestión vehicular, el costo del transporte y los costos asociados a la aglomeración de personas, empresas y recursos.

Tal iniquidad y la posibilidad de comparación que la población tiene por su cercanía, incrementan la violencia, la inseguridad y la delincuencia. Quizás por ello ocupamos el lugar 33 en índice de calidad de vida, el 25 en satisfacción con los servicios, el 26 en satisfacción con el desempeño de alcaldes según la encuesta de las “Ciudades Más Habitables de México” del 2015. Tal vez por eso la misma encuesta nos dice que solo el 23% de los tapatíos sienten que el país avanza y un 28.6% que la democracia avanza.

Para generar mayores oportunidades de ingresos y empleo, es necesario generar políticas públicas que doten de servicios básicos: salud, educación, transporte público y conectividad a otras ciudades medianas y pequeñas para evitar un mayor crecimiento económico de esta megalópolis a través de generar atractividad en otras zonas urbanas del Estado en igualdad de circunstancias y con calidad de vida.

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