Flickr: Rodolfo Araiza G. |
En la actualidad los capitales financieros determinan la suerte de las economías y sus monedas, el volumen diario operado por los mercados financieros sobrepasa en múltiplos el crecimiento de la riqueza real medida como la producción de bienes y servicios, tan solo en 2013 la operación con divisas era 243 veces mayor al volumen del comercio internacional.
Hoy las grandes empresas
financieras y no financieras operan con instrumentos financieros para cubrir
sus riesgos de movimientos en tasas de interés, tipos de cambio, precios de commodities
como el petróleo, oro, azúcar, café, naranja, índices de precios y
cotizaciones, etc.
De acuerdo con el Banco de Pagos
Internacionales (BIS) el volumen negociado diariamente, en en el mercado de divisas en 2013, fue de 5 billones de
dólares en promedio, mientras que el PIB mundial anual fue de 76.12 billones (según cifras del Banco Mundial).
En marzo del 2015 la operación mundial de valores fue de 20 mil 890 billones de
dólares y el 1% de dichas operaciones se realizó en México (BIS, informe
trimestral junio 2015).
Este tipo de inversionistas
tienen una sensibilidad extrema a los movimientos en las tasas de interés, el
precio del petróleo, del oro, e incluso los movimientos en los índices de las
bolsas de valores y reaccionan con suma rapidez para cubrir sus riesgos moviendo sus capitales entre diversos instrumentos, como los bonos de
deuda del gobierno de Estados Unidos, lo que genera un entorno de volatilidad
financiera extrema y un fortalecimiento del dólar contra el resto de las
divisas.
Otro aspecto que es importante
considerar es que el peso mexicano se ubicó como la octava moneda de mayor
operación en el mundo y es la divisa más operada de las economías emergentes.
Durante 2013 el volumen operado en pesos a nivel mundial fue de 135 mil
millones de dólares diarios, mientras que a nivel nacional fue de 31 mil
millones de dólares, lo que indica que la mayoría de las operaciones, 77%, se
realiza fuera de México y la principal divisa contra la que se opera el peso es
el dólar estadounidense (Banco de México: Resultados de la Encuesta del Banco
de Pagos Internacionales, 2013).
En función de lo anterior
podemos entender que los factores que han golpeado fuertemente al peso en éste
último mes son básicamente los siguientes:
- La caída en el precio de las exportaciones petroleras y de la producción de petróleo.
- Los riesgos generados por el severo problema financiero en Grecia y sus efectos sobre los mercados accionarios, por lo que muchos capitales buscaron refugio en los bonos de deuda estadounidenses, en especial los gubernamentales, apreciando al dólar.
- El incremento en la inflación en Estados Unidos y las declaraciones de Janet Yellen Presidenta de la Reserva Federal sobre la necesidad de aumentar la tasa de interés de referencia y que de acuerdo a los analistas ello podría ser en septiembre de éste año.
- La caída en los precios del oro a nivel internacional, que está en niveles cercanos al mínimo del 2010.
Todo ello ha influido en que los futuros del peso vayan al alza y
nuestra moneda se deprecie, de forma que el peso se ha constituido en la
variable de absorción de dichos choque externos, y más que una caída del peso es
un fortalecimiento del dólar, que por un lado podrá favorecer al sector
exportador, pero castigará a los importadores, podrá promover la inversión
extranjera directa, pero castigará a los deudores en dólares, incentivará la
atracción de remesas ya que convertidas a pesos generan ganancias cambiarias
para los remitentes.
El problema más severo comienza a presentarse, pues los bancos empiezan
a restringir el crédito bancario, ofrecen tasas de interés flexibles (apuestan al incremento de las mismas) y las presiones
inflacionarias se incrementan debido al encarecimiento de las exportaciones. Las finanzas
públicas por su parte se debilitan pudiendo ocasionar una mayor ajuste al presupuesto.
Desde
mi punto de vista predominarán los efectos negativos sobre los positivos y el resto del año seguiremos observando presiones sobre el peso.