Cada vez que una moneda se deprecia (devalúa si es un tipo de cambio controlado), se observa un incremento en la inflación, a este fenómeno se le denomina traspaso inflacionario.
Dicho traspaso es mayor cuando la depreciación de la
moneda sobrepasa las expectativas de los analistas económicos, es decir cuando
genera una sorpresa y nos toma desprevenidos, porque ello genera mayores expectativas inflacionarias y los productores tratan de cubrir de forma anticipada sus costos de reposición (subir los precios antes de que suba la materia prima).
Las razones del traspaso inflacionario están
relacionadas básicamente con los siguientes elementos: a) expectativas inflacionarias,
b) importación de insumos para la producción, c) deuda empresarial en dólares, d)
grado de apertura externa que genera una mayor competencia con bienes importados
sustitutos de los nacionales y e) sorpresa cambiaria (depreciación mayor a lo esperado).
De acuerdo con el investigador del Banco de México (Banxico), Josué
Fernando Cortés Espada “Una estimación del traspaso de las variaciones en el
tipo de cambio a los Precios en México” (2013), las depreciaciones del peso han
ido disminuyendo sus efectos sobre el incremento en los precios desde que el
Banco de México eligió una estrategia de objetivos de inflación y dejo libre el
precio del dólar, en especial del 2001 al 2012.
Según el documento, en el momento actual, la
depreciación no tiene un efecto significativo en el índice nacional de precios
al consumidor (INPC), pero si para el subíndice de precios referido a mercancías,
en especial las no alimentarias; la razón principal es
que las mercancías son bienes transables (pueden comerciarse a nivel
internacional: exportarse o importarse) y sus precios se determinan en el mercado internacional. Los
precios de los servicios, por su parte, son insensibles al movimiento del tipo
de cambio, por el hecho de que no son transables a nivel internacional y sus
costos de producción no se relacionan con insumos importados.
Lo que el documento no analiza es que parte del impacto
inflacionario de la depreciación es absorbido por los productores, quienes en
un mercado abierto y globalizado y con demanda interna deprimida (bajo poder de
compra) no pueden trasladar el incremento de costos al precio de venta, ello
reduce sus utilidades y con ello la rentabilidad de los negocios lo que puede
debilitar aún más el mercado interno, pues la opción que tienen es reducir
parte de los costos de producción, preferentemente los salarios de la mano de
obra, debido a que es con los trabajadores con los que tienen un mayor poder de
negociación. Ello explica el incremento en el deterioro del mercado laboral.
Así la reducción del traspaso inflacionario se debe más a la apertura externa y la mayor competencia que enfrentan los productores en el mercado interno que a
la estrategia de objetivos de inflación.
Por otro lado los empresarios a través de las cámaras
han tratado de presionar al Banxico para defender el peso subiendo la
tasa de interés, pues argumentan que la depreciación está elevando sus costos
de producción, sin embargo subir la tasa incrementaría el costo del dinero y
disminuiría la rentabilidad de los proyectos de inversión poniendo un freno
mayor al crecimiento económico de un país que de por sí ya está en
desaceleración.
Quizás por ello la Comisión Federal de Competencia
Económica (COFECE) ha hecho declaraciones con respecto a penalizar a aquellos
empresarios que de manera coludida incrementen precios, porque ello se
considera una práctica monopólica de incremento en precios.
Como podemos observar, el Banxico no reconoce
el efecto del incremento de los costos por insumos importados y no subirá las
tasas de interés antes de que la Reserva Federal lo haga pues ello implica
frenar la economía de golpe, sin embargo dado que lo que estamos viendo es una depreciación mayor a la esperada es muy probable que veamos un traspaso inflacionario
significativo en precios de mercancías con un alto componente de insumos
importados, y si ello impacta significativamente la inflación, tal vez el Banxico ceda a las presiones y suba la tasa de interés de referencia.
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