El lunes 8 de diciembre el Banco de México anunció que subastará 200 millones de dólares diarios de sus reservas internacionales, siempre y cuando el precio del dólar sobrepase un incremento del 1.5% respecto al precio del día anterior. El solo anuncio de ésta medida generó mayor confianza en el peso en México y permitió al dólar cerrar sobre los $14 pesos con 34 centavos dicho día.
El nivel actual de las Reservas Internacionales es de 192 mil 365 millones de dólares, un nivel históricamente alto. Y la última vez que el Banco Central utilizó el mecanismo fue durante la crisis financiera del 2008 para inyectar dólares en el mercado y lograr que su precio se reduzca.
Durante el 2008 vendió 15 mil millones de dólares y en 2009 16 mil 200 millones y con ello logró bajar el precio del dólar de $15.25 pesos a $ 13.50, posteriormente y mediante intervenciones esporádicas el precio se colocó en $12.25 en abril del 2010.
Las Reservas Internacionales son un instrumento fundamental de la política cambiaria en México, dicha política se concentra evitar una fuerte volatilidad del tipo de cambio (del precio del dólar en términos de pesos) que permita la fluidez en las transacciones comerciales y financieras internacionales.
La política cambiaria se caracteriza por intervenciones en el mercado donde se compran y venden divisas (monedas extranjeras) que es lo que conocemos como mercado de cambios.
Las reservas internacionales se incrementan cuando el Banco de México las compra a Pemex e intermediarios financieros y disminuyen cuando vende dólares.
Dichas reservas no se encuentran en una bodega inactivas, en realidad se invierten a corto plazo en instrumentos financieros como bonos de otros gobiernos, ejemplo de Estados Unidos, Japón o del Banco Central Europeo. La idea principal es que generen rendimientos y a la par se pueda disponer de ellas en los momentos que se requieran.
En pocas palabras las Reservas Internacionales son propiedad del Banco de México y operan como una especie de aval que genera confianza en los inversionistas internacionales cuando deciden comprar bonos de deuda pública del gobierno mexicano, otorgar préstamos a los bancos, particulares y empresas residentes en México, o realizar inversión extranjera directa e indirecta. Por ello no pueden ser utilizadas para pagar la deuda externa ni de privados ni de gobiernos estatales, municipales e incluso del gobierno federal. Para ello tendría que generarse un superávit fiscal y con ello comprarle los dólares al Banco de México.
Pemex es el principal proveedor de dólares para el Banco de México. Por ley, PEMEX no las puede vender en el mercado de cambios porque, dada la magnitud de sus operaciones, ello generaría una alta volatilidad del precio del dólar, por ello tiene una cuenta corriente con el Banco de México y dicho banco a cambio de los dólares le deposita pesos para que realice sus pagos de nómina, materia prima etc. En promedio el 70% de las Reservas Internacionales que posee el Banco de México han sido compras a Pemex.
El propósito de acumular reservas es para, en casos de inestabilidad, financiar directamente un desequilibrio de la balanza de pagos, intervenir en el mercado de cambio para estabilizar el precio del dólar, poder ser vendidas a los intermediarios para liquidar su deuda externa y sobre todo mantener la confianza sobre el peso mexicano.
Las intervenciones son de dos tipos: directas e indirectas. En las intervenciones directas el Banco de México, por instrucción de la comisión de cambios compra o vende dólares a un precio determinado con el objetivo de lograr la estabilidad del precio del dólar. En las intervenciones indirectas el Banco de México subasta dólares, de forma que, como en toda subasta, el precio lo determinen los compradores:instituciones bancarias y financieras no bancarias.
De esta forma pretende influir en las expectativas que tienen las personas sobre la depreciación del peso, desincentivando la compra de dólares y buscando lograr un tipo de cambio (precio del dólar en términos de pesos) más estable y acorde a las condiciones económicas del país.
Ello nos dice que el Banco de México interviene en el mercado cambiario siempre que considera que la depreciación del peso está ocasionando problemas en balanza de pagos y efectos sobre la inflación. Sobre todo porque en México cerca del 80% de nuestras importaciones son de materia prima, maquinaria y equipo de trabajo, lo que significa que al depreciarse el peso, se dispararían los costos de producción y con ello la inflación, pues por cada dólar de producto importado tendríamos que pagar una mayor cantidad de pesos.
Sin embargo la historia demuestra que en caso de una pérdida de confianza en el peso, o de un ataque especulativo al peso "no hay nivel suficiente de reservas internacionales que pueda evitar las depreciaciones abruptas".
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