LOS PROBLEMAS QUE GENERA EL QUE EL CONSUMO DE LAS FAMILIAS SE FINANCIE CON CRÉDITO BANCARIO Y NO CON INGRESOS.
En México la población asalariada representa la mayoría absoluta, sin embargo sus ingresos salariales se han reducido poco a poco en el tiempo, no solo en términos reales (lo que ganan menos la inflación), sino también en términos nominales (lo que la nómina especifica).
Los salarios y la masa salarial (número de trabajadores por el salario promedio de cotización en el seguro social) han venido disminuyendo poco a poco.
Durante esta crisis, que aún no se ha superado por completo, las empresas despidieron a sus trabajadores más antiguos y con mayor salario, para contratar jóvenes con menores salarios, disminuyeron las prestaciones, cambiaron contratos permanentes por temporales y utilizaron la subcontratación, todo con el objetivo de reducir sus costos y poder competir en una economía cada vez más globalizada y abierta.
Sin embargo el tiro puede salir por la culata, y ello significa que el menor poder adquisitivo de la población, genera menores ventas, y por ello menores utilidades, retroalimentándose así todo el proceso.
De forma que cada vez es más difícil lograr los objetivos de ventas, y los trabajadores a su vez ganan menos y compran menos, o en el mejor de los casos, que es el peor, utilizan el crédito bancario para completar sus ingresos, mantener sus niveles de consumo, lo que a su vez puede conducir a una nueva vulnerabilidad bancaria y financiera ante el crecimiento del endeudamiento de las familias y las dificultades para cubrir sus deudas.
Es importante resaltar que no es lo mismo financiar el consumo con ingresos que con créditos; el primero es mucho más sostenible, estable y seguro y es resultado del producto de nuestro trabajo y su remuneración, mientras que el segundo nos puede llevar a la insolvencia, pues significa que estamos endeudándonos de manera creciente ante la insuficiencia de ingresos, por lo que muy pronto nos veremos en dificultades de pagar.
Ya el Fondo Monetario Internacional, la Organización Internacional del Trabajo y la Organización de Cooperación Económica para el Desarrollo han llamado la atención al respecto, e incluso han destacado que el origen de esta Gran Recesión 2008-2009, que en muchos países aún no se ha superado, fue precisamente el sobreendeudamiento de las familias ante la caída de sus ingresos, la precarización del empleo y la creciente concentración del ingreso.
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